martes, 14 de junio de 2011

Apagada o fuera de cobertura.

Dos horas. Dos horas escasas para marcharrme. Nunca había sentido la sensación de ahora. Es extraño. Diferente. Y comedero de cabeza extraño e inútil.
He metido cierto cuaderno con canciones para copiar. Joker, Ying Ye, Dance Subaru, y la película de la chulería con patas se vienen conmigo. Dudo en meter libros para leer, ya que mi droga tiene que quedarse aquí, desgraciadamente ¿podré? No lo sé, pero me frustaré si no lo hago. He de intentarlo.
El propósito de marchar es intentar olvidar, la querré y estará siempre conmigo, pero he de olvidar y reparar. Aquí hay personas a las que adoro y he de cuidar, disfrutar y mantener a mi lado.
¿Qué que cojones digo? No lo sé. Es uno de esos días en los que no sabes lo que haces, dices, piensas o estás. Extraño y diferente sin igual.
Un maldito autobús me espera. Ja ne.














Estoy siendo controlado hasta la punta de mis dedos
Adormeciéndome de un modo increíble
Dentro de mi cabeza, estoy desmoronándome
¿Dónde estoy ahora y por qué?

La luz frente a mis ojos desaparece
Sueño eterno, incluso muerte

http://www.youtube.com/watch?v=fWnefoqYjBQ 
Junto mis manos hacia mi pecho y deseo,
que por favor, por favor, yo nunca despierte.

sábado, 11 de junio de 2011

Soy solo un actor que olvidó su guión

La sensación de meter la pata hasta el fondo últimamente, es continua. No es que no la metiera antes ya, pero esta vez es diferente. Las cosas han cambiado. Cierto es, que más rebelde estoy, más irascible, tiendo a hacer cosas olvidando pensar en las consecuencias de mis actos y tengo mis días. No me siento orgullosa de ello, ya que asi fastidio las cosas una vez tras otra.
A ver si al fin, la semana que viene en Galicia me vuelve a convertir en un poquito más yo. Espero volver siendo el mismo desastre perdido que siempre fui.





















Aitakute, aitakute,
hitomi tojite kimi wo mieru. 

viernes, 10 de junio de 2011

Por sentado no doy nada de lo que soy.

El vaso de cristal con los hielos derretidos, entremezclándose con la sobra de lo que quedaba de aquel líquido marrón, estaba encima de la mesita de noche. A su lado, el cenicero con miles de colillas totalmente consumidas.
La brisa del viento de verano entraba por la ventana entreabierta, acompañado de la luz de luna creciente. El humo de otro cigarrilo, casi consumido, salió de sus pulmones por sus labios hasta perderse en la oscuridad de aquella noche.
Los gritos de adolescentes, posiblemente, borrachos llegaron a sus oidos. Patético, pensó. Buscar el alcohol para olvidar, ¿realmente servía para algo? ella pensaba que no, pero aquel año aquella idea había pasado fugazmente por su cabeza varias veces. Eso hacía más ridículo todo aquello.
Se dirigió a la mesita y apagó la colilla, dejando escapar de sus pulmones la nicotina que había dado en la última calada. Cogió el vaso, lo elevó para mirarlo y chasqueó la lengua en molestia.
Optó por meterse en la cama y ahogarse una noche más en su propio veneno. No podia cerrar los ojos. Si lo hacía la atraparían sus pesadillas.























Tomo ni kizamu haritachi ni oku no hou wo kamishimite